lunes, 18 de marzo de 2013

El médico del alma


Bombardeados por noticias sobre corruptela política, depresión económica y moral, en un tiempo en el que parece que vamos sin rumbo, o más bien que el timón no lo lleva quien debería llevarlo. Cuando sentimos que estamos solos, o que has perdido la confianza en la raza humana, movida siempre, o eso crees, por intereses partidistas, injustos,... aparecen héroes, heroínas que nos animan a ser más optimistas, a creer en que las cosas se pueden hacer mejor.



Hace apróximadamente un año ví a través de internet el video sobre el rescate del montañero pamplonés, Iñaki Ochoa de Olza. Uno de los programas del Informe Robinson. En su día seguí el suceso a través de los medios de comunicación, y me sensibilicé con él. Entre noticia y noticia de fútbol, hablaban de ello. Pero es un mundo que no me es cercano. El montañismo, la escalada,... me encanta el deporte pero nunca me vería en situación. Aunque los admiro. A los auténticos. Mi colega Antonio González ("el Gitano"), es uno de ellos, aunque ahora sea triatleta...

Me dejó un par de días K.O. Me interesé más por la persona, que por el personaje. Se hacía más cercano. Ya no era la noticia sobre un montañero en el Annapurna, en situación extrema. 
El viernes, en "La 2" emitieron una película documental sobre el rescate. "Pura Vida", su título, como Iñaki entendía su afición.
Ueli Steck, Dennis Urubko, Horia Colibasanu,... simplemente amistad, aún a riesgo de perder la vida, aún sabiendo de lo imposible del rescate a casi 8.000 metros en la montaña más peligrosa del Himalaya. No pedir nada a cambio, no tener casi tiempo de pensar y sí de actuar para cambiar una situación irreversible.

Su manera de ver la vida, su sentido de la fidelidad hacía sus compañeros, su idea del deporte en general y del montañismo en particular, su manera de diagonosticar los problemas del alma para darles solución en momentos críticos, su capacidad de transmitir,... Escuela de valores, escuela de vida. Gente como Iñaki nos debe guiar.


IÑAKI OCHOA de OLZA (Pamplona 1967- Annapurna 2008)

“Me parece que ya se ha hecho tarde para cambiar de rumbo, y además no tengo ganas. Creo que somos tipos tercos, de esos que nunca aprenden aunque les muelan a palos. Sostengo que la escalada ha rescatado mi vida de las garras de una existencia burguesa, mediocre o insignificante, o todo ello a la vez. Aunque haya quien piense que sólo somos los niños malcriados de una sociedad decadente, yo no lo creo así, y sólo espero el momento de subir bien alto para mirar una vez más con infinita libertad dentro de mí, y para robarles energía a estas montañas sin par que me alimentan y enriquecen cada vez más. Esta vida, que yo mismo he elegido, me llena profundamente”
– Nepal, mayo de 2008

2 comentarios:

José Luis Lozano dijo...

Juan, vi el documental y me impactó.

Y pensar que en ese mismo deporte se han dado espectáculos lamentables de rivalidades, mezquindades y egolatrías...

Juan González dijo...

Jota, es lo que a día de hoy tiene también ese deporte, con las expediciones "comerciales", donde se busca llegar de cualquier manera, pagando lo que haga falta por decir que subí tal pico, aunque me encuentre por el trayecto a alguién que necesita ayuda y ni lo mire. Eso mismo, es lo que tenemos aquí abajo...