martes, 2 de noviembre de 2010

Primeras brazadas, pedaladas,... y zancadas.


Dos primeras semanas. Comienzo metiendo metros de natación, algo de técnica, mucho trabajo de estilos, algún toque de velocidad (poco), coordinaciones, contrastes, trabajo de piernas con distintos estilos y variables de la patada de crol. Cuatro sesiones consigo hacer en la primera, tres en la segunda. Metros suficientes para estos primeros días.
Con la BTT, disfrutando como el año anterior cuando hice mis primeros kilómetros con la KTM que le compré a mi colega Francis. Salgo solo, a excepción del primer día que lo hice con Miguel "el cordobés". En una de esas salidas, me llevo los cascos, con música, y cuando me meto por los pinos, me doy cuenta del sin sentido, no es lo mismo. Cascos fuera y a disfrutar del campo, del sonido de las hojas, de las ramas, de la respiración, del esfuerzo en algunos momentos. No es momento de darse mucha "caña" pero le doy fuerte en algún momento (cuando mi técnica lo permite), pedaleo con ganas. Proximamente intentaré salir con algún grupo, y seguramente haga la cicloturista de Punta Umbría. Cada vez me gusta más la BTT, y ahora, con las primeras lluvias, el campo está increible.
Algunas sesiones (menos de las que quisiera) de trabajo de fuerza general, con autocargas, isométricos, trabajo postural, y algo de propiocepción. Lo que el tiempo me permite.

Pero falta algo. La carrera a pie. En estas dos primeras semanas, más de un día tuve ganas de salir a correr pero, me planteé no correr hasta esta tercera semana, alargando algo el tiempo desde la última carrera, las últimas zancadas (la recta de Zahara, a meta). Ayer, salí a correr. Las sensaciones geniales... en los primeros minutos, los primeros veinte minutos. Después, noté los días que he estado sin correr, y hoy lo noto aún más. Primeras agujetas. De todos modos, mejor de lo esperado. Entre las carreras a pie que me planteo este año, está la Maratón de Sevilla, aunque sin acabarla. No se si haré una media a ritmo fuerte, intentando bajar de 1:16, o alargar hasta los 30 kilómetros, a un ritmo logicamente menor. Lo decidiré en su momento, dependiendo de como vayan los entrenamientos.

La carrera a pie es lo último que he comenzado a entrenar esta temporada, y con suerte, si soy finisher, si cruzo la meta del IRONMAN de Lanzarote, será lo último que haga antes de ese momento tan especial. Brazadas, pedaladas, y zancadas.
A seguir disfrutando...

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